Reproducimos aquí el escrito sacado de la web de
AMAL, por el cual se desconvoca la manifestación prevista para el 5 de abril, así como una valoración de los organizadores sobre la prohibición decretada por la Delegación del Gobierno de Madrid.
Las
asociaciones y grupos organizadores de la manifestación queremos
expresar nuestro más enérgico desacuerdo con los argumentos esgrimidos
por la Delegación del Gobierno de Madrid y el Tribunal Superior de
Justicia de Madrid para prohibir la misma y por ello exponemos:
• Nuestra
intención. Con este acto se pretendía denunciar la inmensa cantidad de
dinero, 11.000 millones de euros de los impuestos de todos, que el
Estado entrega anualmente a las Iglesias – a la Iglesia Católica
Apostólica y Romana en mayor medida. No hemos solicitado ninguna
“procesión atea”, sino una manifestación de protesta por estos
privilegios económicos, en una época de crisis en la que se está
recortando en servicios sociales esenciales (educación, sanidad,
pensiones, dependencia, etc.). Son la propia Delegación y algunos medios
de comunicación los que han transformado esta denuncia económica en una
cuestión política e ideológica.
• El día elegido. El derecho a la
reunión, a la manifestación y a la libre expresión es de todos y todos
los días. En un Estado democrático y aconfesional, estos derechos
fundamentales no deberían estar limitados por el calendario de festejos
cristiano ni de ninguna otra religión.
• El lugar y la hora
elegidos. El recorrido y la hora han sido estudiados para no coincidir
con ninguna procesión católica. Las calles propuestas, tres itinerarios
diferentes en el barrio de Lavapiés, discurren en su mayoría por una
zona de circulación restringida, por lo que son de escaso tráfico. En
esta zona se ubican “numerosas iglesias”… como en cualquier otra de la
ciudad de Madrid. Se han aportado planos demostrando que la distancia
entre nuestro recorrido y el de las procesiones superaba los 500 m.
Hemos propuesto manifestarnos a las 20h, y también a las 12h, cuando no
está prevista ninguna procesión. En ambos casos, se nos ha prohibido el
derecho fundamental de manifestación.
• La Semana Santa y el
turismo. Nos acusan de falta de respeto hacia la religión pero la propia
Delegación y el Tribunal tratan los actos religiosos como atracción
turística. Mejor parada saldría la “imagen turística de la ciudad de
Madrid” si se mostrase el lado amable y de buena convivencia de la
ciudad, que tiene una de sus máximas expresiones en Lavapiés. Permitir
esta manifestación sería una muestra de normalidad, tolerancia, variedad
de opciones culturales y civismo. Tampoco parece lógico que para
proteger la libertad religiosa, se tenga que restringir la libertad de
los no creyentes.
• La vulneración del orden público. En el caso de
que el orden público se vea alterado por la presencia de
contra-manifestantes o grupos antagónicos a esta manifestación, la
obligación de la Delegación del Gobierno es defender nuestra integridad
física y el derecho a manifestarnos, y no prohibirnos la libre
expresión. Todas las ideas, creencias u opiniones pueden y deben ser
expuestas a debate.
Hemos
decidido desconvocar la manifestación prevista para el día 5 de abril.
Sin embargo, manifestamos la inquebrantable intención de seguir
reivindicando nuestros derechos como seres humanos sanos y libres. Por
ello, interpondremos un recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional.
Asociaciones y grupos organizadores de la manifestación
“Ningún privilegio a las iglesias. De mis impuestos, a las iglesias CERO”
Madrid, 2 de abril de 2012