domingo, 13 de diciembre de 2009

EN DEFENSA DEL ANTICLERICALISMO

De un tiempo a esta parte, al menos en la sociedad española, ha resurgido el uso del término "anticlerical" y sus derivados, y lo ha hecho con un uso un tanto peyorativo, las más de las veces como sinónimo de intransigente, cuando no lanzado como un insulto directamente.

Sin embargo, debemos entender el significado del anticlericalismo en el sentido tal cual está formada dicha palabra, es decir anti- (en oposición a) -clericalismo. Por tanto, podríamos afirmar sin equivocarnos demasiado, que anticlericalismo carece de definición propia, y que se debe entender el término  como oposición al de clericalismo.

Según la RAE, el clericalismo se define como:
1.- Infuencia excesiva del clero en asuntos políticos.
2.- Intervención excesiva del clero en la vida de la Iglesia, que impide el ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios.
3.- Marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices.

Llama la atención como las tres acepciones definitorias de "clericalismo" se basan en definir tres tipos de excesos posibles, por lo que, desde luego, sería más apropiado tildar de intransigente al clericalismo que al anticlericalismo que se opone a dichos excesos.También podría resultar curioso para algunos como el anticlericalismo no necesariamente debe provenir de posiciones ateas o agnósticas, sino que es posible su defensa incluso desde dentro de la propia religión de cada cual.

Bien es verdad, que la propia RAE añade un segundo significado a "anticlericalismo", que recoge el uso peyorativo que habitualmente se hace del término:
1.- Doctrina o procedimiento contra el clericalismo.
2.- Animosidad contra todo lo que se relaciona con el clero.

Quien sienta curiosidad por profundizar algo más en la historia del anticlericalismo, puede consultar la Wikipedia como primera aproximación.

Desde Azote de dioses nos gustaría terminar señalando que el anticlericalismo ha estado presente en movimientos socioculturales de gran trascendencia para el desarrollo de las libertades y los derechos, tales como la Ilustración o la Revolución Francesa, y por tanto debemos alentar un uso en positivo del anticlericalismo como motor de avance en el desarrollo de los pueblos (basta con comparar la situación de los países europeos dónde se dieron los movimientos expuestos con las teocracias de otros lugares).

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