jueves, 28 de febrero de 2013

NO HABEMUS PAPAM

Desde las 20:00 horas de hoy el mundo avanza sin un papa que lo ilumine... y ojalá fuese así por mucho tiempo.

Benedicto XVI, en una decisión inédita en siglos dentro de la iglesia católica, presentó hace unos días su dimisión como papa.

Desde entonces, han sido muchos los que han elogiado su figura, y unos de los halagos más repetidos ha sido el de calificar a Ratzinger como un "gran intelectual". 

Sin embargo, y debe ser problema de nuestra memoria, no recordamos más aporte intelectual de Ratzinger que el haberse cargado de un plumazo al buey y la mula del Belén. Desde luego es un principio, y si algo le podemos reprochar al respecto es no haber ido un poco más allá y a la vez que negaba las figuras del buey y la mula, bien podría haber reconocido que tampoco hubo ni ángel, ni virgen, ni niño ni nada parecido y haber terminado de una vez con esta farsa.

Por el contrario, sí que podemos recordar perfectamente muchos de los escándalos en los que se ha visto envuelto. A saber, y sin ganas de tirar de hemeroteca, podemos recordar al menos:

- Enfrentamientos con la comunidad judía, algo que no sorprende de quién fue cachorro de las Juventudes Hitlerianas.

- Enfrentamientos con la comunidad musulmana.

- Escándalos de espionaje y filtración de secretos, en lo que se ha dado en conocer como Vatileaks.

- Escándalos financieros relacionados con blanqueo de capitales desde Banca Vaticana.

- Escándalos sexuales, con presumible existencia de lobbys gay dentro del Vaticano, prostitución, etc.

- Y sobre todo el escándalo de la pederastia, con un sinfín de casos abiertos.

Ahora toca reunirse en cónclave y elegir un nuevo papa. Deseamos suerte al Espíritu Santo, pues difícil le va a resultar elegir entre los cardenales a alguno que no esté salpicado por alguno de los anteriores escándalos, sobre todo del de la pederastia, del que ya sabemos que varios acusados por acción u omisión van a estar entre los elegibles y electores.

Pero Benedicto no se va muy lejos. Pretende seguir residiendo en el Vaticano, no renuncia del todo a su condición papal y quiere que se le denomine como "papa emérito", vistiendo de blanco para que nadie se olvide de su condición.

Ya veremos como llevan por tierras vaticanas la existencia de dos gallos en el gallinero, pero la rivalidad entre estos dos magos blancos bien podría terminar a tortas como Gandalf y Saruman en en Señor de los Anillos, aunque auguramos que no será una lucha entre el bien y el mal, si no más bien una pelea por superarse en maldad el uno al otro.

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